Entre el IVA en Alimentos Preparados y IEPS al refresco

Desde hace 15 años, los alimentos preparados pagan IVA cuando se consumen en establecimientos, se adquieren para llevar o se piden a domicilio. Sin embargo, en las tiendas de conveniencia, minisupers y de autoservicio como las tiendas OXXO, entre otras, no se pagaba impuesto por este tipo de productos. Este IVA no se pagará en fondas, cocinas económicas ni puestos de antojitos.

Nuestra reacción normal como consumidores es contra todo tipo de impuestos. Esta reacción se agudiza cuando nos enfrentamos a un gobierno con altos índices de corrupción y el destino de los impuestos no es transparente.

La reacción es tal que medidas fiscales necesarias y urgentes frente a catástrofes, como el IEPS a las bebidas azucaradas, una medida recomendada a México por muy diversos organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Relator Especial de Naciones Unidas por el Derecho a la Alimentación, y por organismos nacionales como el Instituto Nacional de salud Pública y la Academia Nacional de Medicina, es percibida como negativa.

En relación con el impuesto a los alimentos preparados que se venden en las tiendas de conveniencia, no veremos ningún resultado en materia de salud, en principio porque no está establecido con ese objetivo. Es un impuesto que se venía cobrando, aunque estos establecimientos no lo hicieran. Los alimentos preparados que se venden en estos establecimientos como el OXXO, 7 Eleven y similares, no son recomendables en términos nutricionales. Lo que más se vende en estos lugares son hotdogs aderezados de cátsup y mayonesa, así como sándwiches de jamón. El consumo de salchichas, jamón y este tipo de productos, como un hábito recurrente, no es nada recomendable.

Durante varios años  trabajando en el tema de la alimentación he conocido expertos en nutrición de diversos países. Si en alguna opinión coinciden es en que las carnes frías, como las salchichas y el jamón del tipo que venden estos establecimientos forman parte de los productos menos recomendables. Si un aumento de precio en estos productos vuelve más atractivo irse a comer unas quesadillas de hongos, unos tlacoyos con nopal, unas tortas; no está nada mal. Si en vez de ir al OXXO se va a la fonda o al puesto de quesadillas, tlacoyos, tortas, mejor.

Toda la ciencia en materia de políticas públicas de alimentación concluye que debemos generar las condiciones para que los alimentos más saludables sean más accesibles y que los menos saludables o dañinos sean menos accesibles, esto, entre otras cosas, se logra con medidas fiscales. Estas medidas fiscales deben reforzarse con campañas que revaloren los alimentos naturales y las dietas tradicionales.

La desconfianza en el gobierno impide ver la necesidad de ciertas acciones, incluso cuando estas acciones son positivas. Los mexicanos somos los mayores consumidores de bebidas azucaradas en el mundo, su consumo es una de las causas centrales de la epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes que vivimos. El consumo de estas bebidas tiene un impacto directo y una responsabilidad mayor en la epidemia de diabetes que afecta a 14% de la población adulta del país. Por diabetes murieron 500 mil personas en el sexenio anterior, por diabetes se amputaron 75mil miembros en 2013, la diabetes es la principal causa de ceguera en población en edad económicamente activa en México.

Los mayores estragos de los daños a la salud se presentan en la población más pobre, donde estas enfermedades representan una catástrofe que, entre otras cosas, lleva a la pauperización de las familias. El único estudio independiente sobre los efectos del impuesto a las bebidas azucaradas durante 2014, primer año de su vigencia, lo están realizando el Instituto Nacional de Salud Pública y el Centro de Población de la Universidad de Carolina. Recientemente se adelantaron algunos resultados y resalta que entre la población más pobre la reducción promedio en las compras para el hogar de estas bebidas fue de 9% a lo largo del año. Como se había previsto, el impuesto no impactaría de manera inmediata, es decir, en los primeros meses. La reducción fue aumentando a lo largo del año, de ser mínima en los primeros meses hasta llegar a 17% en diciembre.

Al final de 2014, las compras de bebidas azucaradas se habían reducido en un porcentaje mayor (17%) al impuesto establecido a las bebidas azucaradas. Es decir, al final del 2014, las familias pobres no sólo habían bajado su consumo de manera significativa, también habían gastado menos en bebidas azucaradas. De acuerdo con este estudio, el impuesto estaba logrando su objetivo. El impuesto al refresco -como otras políticas de esta administración- son juzgadas de acuerdo con la postura que tenemos frente al gobierno actual, sin la capacidad de diferenciarlas y aislarlas de esta circunstancia para poderlas evaluar de manera objetiva.

El impuesto al refresco está mostrando que es una medida efectiva y debería reforzarse con otras regulaciones y campañas públicas que no se están haciendo, el impuesto solo no logrará enfrentar la magnitud del problema. El IVA a los alimentos preparados en las tiendas de conveniencia, como señalamos, no tiene ningún objetivo en salud, está dirigido a recaudar porque era una excepción que estos establecimientos no lo incluyeran. Ojalá que este impuesto tenga un impacto en desincentivar el consumo de esos productos y redirigir el consumo a opciones más saludables.