Históricamente, desde el comienzo de la época colonial hace más de cinco siglos, lo que hoy se conoce como América Latina jugó un papel crucial en la división internacional del trabajo y la naturaleza: la de proveedor de bienes primarios o básicos basa en una esclavitud otras formas de explotación del trabajo. Esta masiva transferencia de riqueza a Europa, a través de la Península Ibérica, marcó el inicio del sistema-mundo capitalista colonial alimentando la acumulación primitiva de capital que hizo posible la revolución industrial.
Un estudio de Edgardo Lander