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Al igual que un roedor que no deja de activar una palanca con la esperanza de recibir una recompensa, cuando uno revisa el teléfono, el cerebro busca un estímulo similar: ¡alguien podría estar hablando de usted en Facebook! ¿No? Refresque. ¡Tal vez Donald Trump volvió a tuitear! Refresque. ¡A lo mejor su foto en Instagram recibió un corazón! Refresque. Refresque. Refresque. Lea aquí el artículo de Geoffrey A. Fowler. *Reproducido de The Wall Street Journal