Abril en la memoria: 30 años
La memoria es la herramienta que permite al olvido no llegar y apoderarse de los recuerdos. Abril en la memoria: 30 años contiene una de tantas narrativas del momento y del tiempo transcurrido después de las explosiones sucedidas en el barrio de Analco en Guadalajara, Jalisco. Es un breve repaso por la historia de un barrio popular, el cual viaja hacia atrás, a la fundación del Analco, y revela la importancia histórica que ha representado para Guadalajara. Explora cuáles eran sus costumbres, tradiciones y cotidianidades, en la voz de las víctimas y sobrevivientes que describen el momento de las explosiones, con la cual se tejen y rompen historias en un paisaje vuelto gris en un ambiente de miedo y desolación.
La herida que dejó este doloroso acontecimiento en el barrio de Analco sigue abierta treinta años después. Las víctimas y sobrevivientes narran el antes y el tiempo posterior de las explosiones; el cambio que se dio en la vida de cada una de las familias y la transformación del barrio mismo. La lucha por exigir justicia, verdad y memoria se va forjando ante la indiferencia de los gobiernos que dejaron en promesa el atender a las familias afectadas. Pero también relata la suma de esfuerzos de personas solidarias, artistas, músicos, poetas, escritores teatreros, pintores, escultores, entre otras tantas personas que se sumaron a una acción colectiva contra el olvido. Cada una de estas personas desde sus saberes contribuyó y acompañó con exigencia a los vecinos del barrio de Analco, ubicado en el sector Reforma.
La importancia de rescatar del olvido lo ocurrido en Analco es fundamental para el trabajo que desde la Fundación Heinrich Böll realizamos en materia de memoria, pues es una forma de contribuir con la permanente exigencia de las víctimas y afectados de tener justicia, memoria y verdad. Nos proponemos colaborar con un documento que permita recordar el pendiente que el Estado tiene con las víctimas y personas afectadas; una forma de sumar esfuerzos a una demanda que se sostiene treinta años después. Sobre todo, aportar una herramienta de memoria construida por quienes vivieron y sobrevivieron las explosiones. Es su voz, su potencia y dignidad, la que permite que una publicación de este tipo tenga sentido.