Alemania no debe ignorar el desmontaje de la democracia en Argentina

Columna

El 23 de junio, el canciller federal Olaf Scholz recibió al presidente argentino Javier Milei para sostener conversaciones. Los proyectos de reforma del mandatario argentino no implican tan sólo el desmontaje de la democracia y del Estado de derecho, sino que también traerán consigo una desindustrialización de Argentina, lo que no se corresponde con los intereses de Alemania.

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Imme Scholz

Al parecer, en algunas partes de Alemania y Europa sigue vigente la euforia por el llamado "experimento libertario" del Presidente argentino Javier Milei. Sin embargo, en el país se percibe, entretanto, una imagen absolutamente diferente: existe una enorme preocupación respecto a los proyectos de Milei, así me lo expresaron representantes de la oposición y de nuestras contrapartes de la sociedad civil, durante mi visita a Argentina hace un par de semanas. Pues, los planes del mandatario no prevén solamente una masiva reestructuración de la economía sino también pretenden reordenar y restringir radicalmente la democracia. En Chile se logró este objetivo con un Golpe de Estado en los años 70. En Argentina está previsto conseguirlo sin un golpe, sino con los aplausos y el apoyo de las fuerzas de la ultraderecha internacional, un hecho ante el cual no podemos cerrar los ojos en Europa.

Desde que asumió el mando, Milei persigue una estrategia radical de recortes y de apertura del mercado. Si bien la drástica consolidación del presupuesto, muy celebrada también en nuestro país, conllevó efectivamente a que Argentina registrara en mayo una tasa de inflación de un 4,2% - la más baja desde hace dos años y medio -,  gran parte de la población percibe está austeridad como una estrategia de ahorro destructiva, considerando los despidos masivos en el sector público, la paralización de todas las obras públicas y medidas de infraestructura, así como los fuertes recortes en materia de pensiones y programas sociales. Hasta abril fueron congelados todos los pagos de los presupuestos para los ministerios – a excepción de las carteras de seguridad interior y defensa nacional. En junio continuarán aumentando los precios de electricidad, gas, agua y transporte.

El precio social es alto: la tasa de pobreza aumentó a un 50%; casi el 18% de la población vive en la pobreza absoluta, lo que significa que ni siquiera puede cubrir sus necesidades básicas. Al mismo tiempo, el gobierno ha suspendido durante meses la entrega de alimentos a organizaciones de ayuda, lo que agrava aún más la situación de muchas personas. Además, la economía argentina está entrando en recesión: Muchas pequeñas y medianas empresas han reducido o incluso suspendido la producción, despidiendo a trabajadores, mientras que las grandes empresas posponen inversiones o trasladan nuevos proyectos a otros países, como por ejemplo a Brasil.

Pero Milei no sólo arremete contra el gasto público, la misma democracia es para él una piedra en el zapato. Parte del paquete de reformas, aprobado por el senado la semana pasada, consiste en la implementación del llamado “estado de emergencia económica“ de un año de duración, lo que le permitiría al presidente gobernar por decreto a futuro, pasando por encima del congreso y permitiéndole además una total libertad para reorganizar, desmantelar o desgranar instituciones y áreas de responsabilidad del Estado.

En parte, esto es inherente al paquete de reformas, en el que lo medular son incentivos a inversiones a gran escala en la minería, la agricultura y la extracción de petróleo y gas, ofreciendo amplias exenciones tributarias y, al mismo tiempo, debilitando las leyes y normas de protección del medio ambiente, de manera inconstitucional. A futuro, la mediación de los conflictos entre el estado argentino y los inversionistas se llevaría a cabo ante el controvertido tribunal de arbitraje del CIADI en Washington, suspendiendo así la jurisdicción argentina. Al mismo tiempo, se garantiza a las empresas un acceso ilimitado a recursos tales como agua, gas y electricidad durante 30 años, lo que significa que, en caso de emergencia, el Estado no estaría en condiciones de garantizar el suministro a sus ciudadanos; (nuestra contraparte, FARN ha hecho un análisis de los probables impactos). Las pequeñas y medianas empresas que, hasta la fecha, han caracterizado la economía argentina, tendrán pocas posibilidades de sobrevivir frente a la apertura de los mercados. En este contexto, parece extremadamente difícil lograr una transformación social y ecológica de la economía e infraestructura, algo que tanto Argentina como el resto del mundo requieren frente a las olas de calor y las sequías.

Este intento de convertir las infracciones constitucionales en algo prácticamente intocable, protegiendo así los intereses de los inversionistas privados, no debe entenderse como seguridad jurídica para los inversionistas. El paquete de reformas de Milei facilita más bien una reestructuración radical de la democracia argentina, sus instituciones constitucionales y de los procesos de negociación democráticos. Además, existe el riesgo de que se convierta en un modelo para otros países.

Desde esta perspectiva resulta difícil comprender la decisión del FMI de conceder a Argentina un nuevo préstamo de casi 800 millones de dólares.

Cabe agregar que el paquete de reformas económicas de Milei va de la mano de un masivo endurecimiento de las leyes de seguridad, permitiendo que las protestas sociales sean reprimidas de forma cada vez más violenta y criminalizadas, facilitando considerablemente también el uso de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad. La imposición del „proyecto libertario“ en las calles es acompañada, constantemente, en las plataformas digitales por campañas difamatorias bien organizadas y radicalizadas, lanzadas por partidarios y miembros del gobierno en contra de las protestas sociales y organizaciones de ayuda, contra huelguistas y sindicatos, defensores de los derechos humanos, feministas y miembros de la oposición.

Milei intenta revertir, en muy poco tiempo, una serie de logros políticos de los últimos tiempos. Una de las primeras medidas adoptadas por el nuevo gobierno fue disolver el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y poner fin a numerosos servicios de asesoría y protección. En el Día Internacional de la Mujer, el Salón de las Mujeres en el Palacio Presidencial se transformó en el Salón de los Padres de la República, rechazando además oficialmente terminologías y conceptos jurídicos como femicidio o violencia contra la mujer.

También se cuestionan públicamente la política de memoria en Argentina y el consenso democrático de cómo hacer frente y elaborar los crímenes de la dictadura militar. La mayor bajeza hasta el momento ha sido cuando, el 22 de marzo de 2024 en el contexto del 48° aniversario del golpe de Estado, se relativizaron los crímenes cometidos durante la última dictadura militar (1976-1983), lo que desde ya repercute en el trabajo de muchas organizaciones de la sociedad civil y que, junto a los severos recortes financieros, está provocando una considerable presión y dificultades en la labor de estas.

Milei niega el consenso social respecto a varios temas, también en lo que se refiere a la crisis climática y la política internacional de protección del clima. La presidencia tacha el calentamiento global de “invento de la izquierda” que “financia la agenda socialista con mayores impuestos”. Con estas declaraciones, la presidencia y parte de su entorno se adhieren del todo al discurso de las redes internacionales de la ultraderecha.  

También es necesario seguir de cerca la política exterior de Milei: su gobierno apuesta a estrechas relaciones con Estados Unidos y Europa, posicionándose al mismo tiempo en las redes internacionales de actores de derecha. Ahora último, el 19 de mayo, habló como invitado de honor en el lanzamiento de la campaña electoral del partido derechista VOX en Madrid, en el marco de las elecciones de la UE, arremetiendo, entre otras, contra la Unión Europea. En febrero se reunió en Estados Unidos con Donald Trump, en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), donde fue celebrado por los participantes.

Desde luego, en Europa podemos hacer oídos sordos a todo ello y centrarnos principalmente en el acceso a las materias primas y en los intereses comerciales como, por ejemplo, la eventual firma del acuerdo entre UE y Mercosur. Sin embargo, se debe tener en claro que el acercamiento de Milei hacia occidente no significa un compromiso con los fundamentos valóricos democráticos y de derecho internacional de Europa. Importantes actores del gobierno de Milei ven en “occidente“ sobre todo una alianza de mercados libres, pero no un proyecto de valores políticos. También el distanciamiento de Milei respecto a Brasil y China ha sido hasta ahora más bien retórico.

Precisamente en tiempos en que las democracias se ven sometidas a una presión cada vez mayor, tanto la Unión Europea como Alemania debieran priorizar el tema de la potencial sustancia política de posibles alianzas por sobre los legítimos intereses económicos. La latente amenaza para la democracia y la sociedad en Argentina, así como la dinámica que podría desencadenar el paquete de reformas de Milei, no deben ni subestimarse ni menos ignorarse. En Chile ha habido varios gobiernos reformistas que no han logrado ampliar el margen jurídico y político para las políticas económicas, medioambientales y sociales legitimadas democráticamente. El desmontaje de las instituciones democráticas y la constitución extremadamente liberal continúan dominando 34 años después del fin de la dictadura militar. Esto debiera servirnos de advertencia. La democracia al estilo occidental ya no está garantizada en ninguna parte, y en caso de duda, las relaciones comerciales no pueden sustituir una alianza política de demócratas.