Muchos no saben que gran parte del sector alimentario se reparte entre un puñado de transnacionales. Y la tendencia hacia la concentración del poder sigue en aumento. Hacerse de un pedazo lo más grande posible de este pastel ya no es sólo la meta declarada de las transnacionales del sector agrario, químico y de alimentos, sino también de los bancos, compañías aseguradoras y del ramo de la tecnología de la información.