Los derechos digitales en un TPP después de Trump

La implementación del TPP representa graves peligros para el cuidado del ambiente y la protección de nuestros derechos, cómo lo han declarado varias organizaciones de la sociedad civil y expertos de Naciones Unidas. Particularmente, plantea severas afectaciones al acceso a medicamentos, a la capacidad de los Estados para legislar y a nuestros derechos digitales. Aunque la salida de Estados Unidos equivaldría al fracaso de este tratado, no es posible descartar los peligros que plantea.

A partir de que Donald Trump declaró que Estados Unidos abandonará el TPP en el primer día de su mandato, países miembro de han reaccionado de diversas maneras. El presidente peruano José Kuczynski declaró que será necesario un nuevo tratado de libre comercio en la región. El primer ministro de Nueva Zelanda ha propuesto someter el TPP a cambios para satisfacer las demandas de Estados Unidos gobernado por Trump. El secretario de Economía mexicano Idelfonso Guajardo afirmó que México buscará que el acuerdo entre en vigor aún si Estados Unidos no participa. En la misma línea, el Senado mexicano ha dicho que el proceso interno de ratificación continuará, y que México mantiene su interés por una integración comercial del área de Asia-Pacífico.

En un contexto como este no es posible bajar la guardia ante las afectaciones que implica el TPP. Puntualmente, en materia de derechos digitales afecta la libertad de expresión, el acceso a la información y la privacidad, ya que conlleva la implementación de medidas no balanceadas como las siguientes:

I. El mecanismo de notificación y retirada, que tiene como objetivo ser un contrapeso entre el derecho de autor y la libertad de expresión sobre el contenido en Internet, es criticado por ser un arma de fácil uso para la censura. En más de la tercera parte de los casos donde se ha aplicado, se ha retirado contenido que realmente no infringe derechos de autor. Varios Estados (entre ellos el mexicano) lo han utilizado para retirar contenido de interés público.

II. El TPP impide que los Estados establezcan medidas para limitar el flujo transfronterizo de datos personales. Esto elimina la posibilidad que México tendría de establecer legislación que proteja nuestros datos personales de programas de vigilancia masiva, como los revelados por Snowden. A partir de estas vulneraciones a la privacidad, la Unión Europea ha limitado el libre flujo de datos hacia Estados Unidos.

III. La excepción de contenidos exclusivos dentro del capítulo de Comercio Electrónico en el TPP permite que el acceso a contenido en Internet esté condicionado al proveedor. Esto podría ser el fin de Internet como lo conocemos, donde tenemos libre elección sobre el contenido al que tenemos acceso, sin importar cuál sea nuestro proveedor de Internet. Además, esta excepción limita la libertad de expresión, la innovación y la competencia, y es contraviene el artículo 146 de la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que prohíbe a los proveedores de Internet discriminar contenido.

IV. El TPP criminaliza la trasgresión de candados digitales y/o físicos presentes en cafeteras, computadoras, tractores y otros objetos, conocidas como medidas tecnológicas de protección. Esto tiene impactos negativos en el medio ambiente, al prohibir el reciclaje e incentivar la obsolescencia, en el ingreso de talleres locales de composturas; también erosiona nuestro derecho a arreglar y modificar nuestros objetos, y beneficia a las grandes corporaciones otorgándoles poder monopólico en el mercado de reparaciones. Por estas razones en Estados Unidos se adoptó una ley que busca disminuir los efectos negativos del establecimiento de medidas tecnológicas de protección en coches.

V. El TPP obliga a los administradores de dominios en Internet a publicar una base de datos con los nombres y datos de contacto de los propietarios de dominios. Una base de datos como esta puede ser explotada por acosadores y Estados represores. El anonimato en Internet es una condición necesaria para que exista libertad de expresión.

VI. El TPP criminaliza el acceso y divulgación de secretos industriales a través del uso de una computadora, incluso si dicha información está relacionada con violaciones de derechos, destrucción del ambiente, actos de corrupción o cualquier otro tipo de información de interés público. Si esta cláusula entra en vigor podría penalizarse, por ejemplo, compartir o conocer el impacto ambiental que tiene la extracción de shale gas mediante fracking, puesto que el proceso es considerado como secreto industrial. Ante esta disposición en el tratado, cientos de compañías de contenido en Internet y organizaciones de la sociedad civil enviaron una carta al Congreso de Estados Unidos expresando su preocupación sobre los límites que esta disposición impone al trabajo de periodistas y whistleblowers.

Así como algunas de las medidas anteriormente enunciadas se recogieron de la iniciativa de la fallida ley S.O.P.A, de 2011, es muy probable que, ante el fracaso del TPP, se incluyan una vez más en la renegociación de nuevos tratados e incluso como parte de la renegociación del TLCAN programada para la primera mitad de 2017.

Son pocos los ganadores y muchos los perdedores con la implementación de tratados de libre comercio cómo el TPP, que por cierto no frenado por la victoria de Trump, sino por la oposición social organizada. La permanencia y fortalecimiento de dicha oposición será clave para que los próximos tratados de libre comercio no afecten nuestra libertad de expresión, el acceso a la información y privacidad en el entorno digital, y los demás derechos que pueden estar en peligro.