Un puente a ningún lugar: emisiones de metano y la huella de carbono del gas natural

En contraste con el petróleo o el carbón, el gas natural es muy promovido como un “combustible puente” que permite seguir usando combustibles fósiles y, a la vez, reducir emisiones de gases de efecto invernadero. A partir de 2009 es creciente la proporción de gas natural procedente de gas de esquisto (shale gas), debido al agotamiento de las fuentes convencionales. A la fecha, más de 40% del gas natural en los Estados Unidos proviene de gas de esquisto. ¿Pero, es verdad que este gas representa un combustible puente?
En el primer estudio amplio de emisiones de gases de efecto invernadero del gas de esquisto Howarth, Santoro e Ingraffea concluyeron que, debido al metano, dicho gas tiene un impacto ambiental mayor en comparación con el carbón o el petróleo (abril de 2011 en Climate Change Letters) e hicieron un exhorto a realizar nuevas mediciones para evaluar mejor las emisiones. A partir de entonces hubo un auge verdadero de publicación de nuevos datos, que Howarth revisó en 2014 en Energy Science & Engineering y en 2015 en Energy and Emission Control Technologies. Esta hoja informativa presenta un resumen de la nueva información.
La investigación más reciente apoya el análisis de 2011 e indica que la emisión de gases de efecto invernadero ―predominantemente metano― proveniente del gas de esquisto es enorme y tendrá consecuencias catastróficas para el clima mundial.
 

Comparación entre metano y dióxido de carbono a lo largo de un periodo de 20 años posteriores a las emisiones a la atmósfera. Se muestran emisiones directas de dióxido de carbono y metano, expresadas en dióxido de carbono equivalente (CO2e). Para cada uno de los combustibles se utilizan los mejores estimados de emisiones de metano. Las barras verticales ilustran el rango más probable de valores para el gas de esquisto y el gas natural convencional.

 

Comparación entre dióxido de carbono y metano:
•Con respecto al dióxido de carbono, el metano tiene una potencia 100 veces mayor como agente del calentamiento global; estando ambos presentes en la atmósfera.
•La atmósfera contiene más dióxido de carbono que metano, convirtiéndolo en la principal causa del calentamiento global. No obstante, el metano también es importante considerando 1.66 vatios por metro cuadrado para el dióxido de carbono contra 1.0 para el metano.
•El tiempo efectivo de residencia de ambos gases en la atmósfera es muy distinto: poco más de una década para el metano y cientos de años para el dióxido de carbono.
•Debido a su tiempo de residencia tan largo, la reducción en las emisiones de dióxido de carbono sólo pueden cambiar lentamente la concentración atmosférica, lo que implica que el calentamiento global tomará un periodo extenso de varias décadas.
•Debido al breve periodo de residencia del metano, la reducción en sus emisiones lleva a una reducción casi inmediata en las concentraciones en la atmósfera. De forma que, si reducimos ahora las emisiones de metano se reducirá significativamente la tasa de calentamiento global casi inmediatamente.

 

En los próximos 15 años la tierra alcanzará niveles peligrosos de calentamiento, duplicando el incremento total de la temperatura promedio que hemos experimentado desde el inicio de la revolución industrial a la fecha. La presencia de puntos de inflexión en el sistema climático puede llevar a creciente calentamiento global. Sólo reduciendo las emisiones de metano y de hollín (carbono negro o BC por sus siglas en inglés) la sociedad puede reducir la tasa de calentamiento y comprar un tiempo valioso, a la vez que avanza decididamente hacia una economía basada en energía renovable. La industria del gas natural es por mucho la mayor fuente de emisiones de metano en los Estados Unidos.

¿Qué cantidad de metano emite la industria del gas natural?
No obstante que ahora contamos con mejor información de las emisiones de metano ―en comparación con 2011― su estimado sigue siendo incierto. Los mejores estimados que tenemos de las emisiones provenientes del gas natural convencional se basan en el análisis de más de 12 mil observaciones producto del monitoreo previo a la explotación a gran escala del gas de esquisto (Miller et al., 2003, Proceedings of the National Academy of Sciences). En cuanto a las emisiones de gas de esquisto, los mejores estimados provienen de observaciones satelitales que indican creciente presencia de metano en la atmósfera al comparar el antes y después del inicio de la explotación del gas de esquisto (Schneising et al., Earth’s Future). La mayor parte de otras observaciones son de periodos breves, dificultando establecer cualquier relación con la producción de gas durante el periodo de vida de un pozo. Por otra parte, las estimaciones más conservadoras ―hechas en un estudio promovido por el Fondo para la Defensa del Medio Ambiente (EDF, por sus siglas en inglés) en coordinación con la industria― fueron cuestionadas debido a fallas en los sensores de los instrumentos utilizados (Howard, 2015, Energy Science & Engineering).
Las emisiones de dióxido de carbono provenientes de combustibles fósiles han disminuido en los Estados Unidos desde 2007 debido en gran medida a la recesión económica, aunque también por el abandono del carbón en favor del gas de esquisto. Sin embargo, al incluir las emisiones de metano, las emisiones totales de gases de efecto invernadero de los combustibles fósiles se incrementaron rápidamente en los últimos años. En 2013, las emisiones de metano contribuyeron 40% al total de las emisiones provenientes de combustibles fósiles en los Estados Unidos. El enfoque de EPA para medir emisiones subestima en gran medida la importancia que tienen las emisiones de metano.

Emisiones totales de gases de efecto invernadero provenientes de combustibles fósiles consumidos en los Estados Unidos en 2013 y tendencias futuras anticipadas con base en predicciones realizadas por el Departamento de Energía de Estados Unidos en relación con el consumo de energía. La línea gris es únicamente para las emisiones de dióxido de carbono. La línea roja incluye metano. La línea verde muestra emisiones totales estimadas por la EPA de Estados Unidos, que subestima en gran medida las emisiones de metano y su importancia. La línea azul indica un posible escenario futuro de reducción de emisiones de metano provenientes del gas de esquisto, partiendo de supuestos optimistas con respecto a la capacidad regulatoria y su posibilidad de cortar las emisiones.
 

 

Algunas preguntas frecuentes:

¿Las emisiones de dióxido de carbono provenientes del gas natural no son menores en comparación con las del carbón? Sí y de forma sustancial. Sin embargo, las emisiones de metano del gas natural son mayores por mucho, particularmente las del gas de esquisto. Si se incluye al metano, las emisiones totales de gases de efecto invernadero son mayores en el caso del gas natural en comparación con el carbón, particularmente si se analiza un periodo de 20 años posteriores a las emisiones.

He escuchado que el metano tiene una potencia 21 veces mayor como gas de efecto invernadero en comparación con el dióxido de carbono. ¿Es cierto? No, ello se basa en un informe de hace 20 años que presentó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) en 1995. A la fecha el mismo IPCC afirma que el metano tiene una potencia 100 veces mayor durante la primera década posterior a su emisión, 86 veces en un periodo de 20 años y 34 veces en un periodo de 100 años. Recurrir a los periodos más breves resulta de mayor pertinencia debido a la urgencia de desacelerar el calentamiento global en los próximos 10-20 años y, particularmente, si se considera la idea de un “combustible puente”.

¿Por qué las estimaciones de metano que hace EPA son tan bajas? La EPA establece que el metano tiene una potencia 25 veces mayor en comparación con el dióxido de carbono porque considera únicamente una escala de tiempo de 100 años y se basa en un informe desactualizado que presentó el IPCC en 2007, en lugar de basarse en el más reciente de 2013. Además, sus tasas estimadas de emisiones de metano son demasiado bajas y no tienen sustento en la investigación científica más reciente que ha pasado por el proceso de revisión por pares.

¿La regulación puede reducir las emisiones de metano a un nivel aceptable? Las emisiones de metano provienen de diversas fuentes, desde la producción a pie de pozo, pasando por la distribución en gasoductos hasta el consumidor final. Muchas de ellas no están bien caracterizadas aún. Reducir emisiones es caro, particularmente en gasoductos y tanques de almacenado que con frecuencia tienen una antigüedad de 50 a 100 años, y hacer que se cumpla con la regulaciones es una tarea difícil. La sociedad obtendrá mayores beneficios si invierte en infraestructura para producir energía renovable.

¿Si el gas natural no es un combustible puente, deberíamos usar carbón? No. Los altos niveles de dióxido de carbono que emite el carbón tienen mayor permanencia en la atmósfera y efecto sobre el clima, estamos hablando de varios siglos. Ya no tenemos tiempo que perder, hay que dejar atrás los combustibles fósiles y abrazar las tecnologías de energía renovable del siglo XXI.

¿Acaso no es el ganado una fuente más importante de metano en comparación con la industria del gas natural? A escala mundial, la ganadería y la industria del gas natural son fuentes comparables de emisiones de metano. Sin embargo, en los Estados Unidos la industria del gas natural es con mucho la mayor fuente. No obstante lo anterior, hay que reducir la emisión de metano en ambas fuentes.

Para mayor información visite: http://www.eeb.cornell.edu/howarth/energy_and_environment.php o http://www.eeb.cornell.edu/howarth/summaries_CH4_Sp.php
Traducido del inglés al español por la Fundación Heinrich Böll México, Centroamérica y El Caribe.