Es tiempo de reducir el consumo energético de los edificios en México

El consumo de energía en los edificios (residenciales, comerciales y públicos) abarca una serie de servicios; principalmente, de iluminación, refrigeración, cocción, calentamiento de agua, aire acondicionado y otros relacionados con la electricidad. De acuerdo con el Balance Nacional de Energía 2014, el consumo final de energía en los edificios representaba casi el 19% del consumo total final de energía en México.

Recientemente, se han producido avances significativos para reducir el consumo de energía en edificios. Estas reducciones han sucedido a través de normas nacionales que regulan el consumo máximo de energía por aparato y a través de programas nacionales para que estos dispositivos estén disponibles; por ejemplo, la NOM-015-ENER-2012 y el Programa "Cambia tu Viejo por Nuevo Uno" sobre la eficiencia energética de los refrigeradores, y la NOM-028-ENER-2010 y el Programa “Ahórrate la luz" sobre la eficiencia energética de las lámparas de uso común (i.e. focos fluorescentes vs incandescentes). De acuerdo con la Comisión Nacional de Uso Eficiente de la Energía (CONUEE), entre 1996 y 2014, el ahorro de energía acumulado de todas las medidas llevadas a cabo fue de 175.000 GWh, con un valor de 175 mil millones de pesos para los consumidores (alrededor de 954 millones de dólares estadunidenses) y 350 mil millones de pesos para el presupuesto nacional (unos 19,08 millones de dólares estadunidenses). Sin embargo, es importante recalcar que el ahorro de energía no se ha producido en todas partes.

En la región norte, el consumo de energía aumentó 8% durante el período 1996-2014, debido al alto porcentaje de energía utilizada para la calefacción. De acuerdo con la CONUEE, 30% del consumo de energía en los edificios es para  calefacción y refrigeración, muy por encima del consumo energético de los electrodomésticos y la iluminación. En términos generales, el clima en México es templado en el sur y extremo en el norte (muy frío durante el invierno y muy caliente durante los meses de verano). Desde la implementación de las medidas gubernamentales, estas se han centrado exclusivamente en la mejora de los aparatos y no han incluido el revestimiento térmico y aislamiento de los edificios; lo que ha llevado a que la cantidad total de energía consumida haya aumentado y siga aumentando con el tiempo, no sólo en el norte, sino también en el sur, donde la temperatura media también se ha incrementado en los últimos años debido a variaciones en el clima.

Medidas necesarias

Según Miguel Silva, experto técnico de la Alianza por la Eficiencia Energética (ALENER) hay dos conjuntos de medidas que pueden reducir eficazmente el consumo de energía de los edificios en México. En primer lugar, es necesario aplicar medidas pasivas que disminuyan la demanda energética de los edificios, y luego, medidas activas que aumenten la eficiencia energética de los equipos, sistemas e instalaciones.

Algunas de las medidas pasivas que se necesitan con mayor urgencia en México son: la evaluación del diseño de los edificios previa a su construcción, una adecuada selección de los materiales de construcción, la financiación de programas de eficiencia energética para la rehabilitación de edificios existentes y la creación de incentivos o penalizaciones para las constructoras. Por supuesto, también es necesario contar con suficientes unidades de infraestructura y evaluación en la CONUEE para asegurar una extensa aplicación de las normas de eficiencia energética.

Una de las medidas activas necesarias es la promoción de electrodomésticos y sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC por sus siglas en inglés) eficientes energéticamente, pues estos siguen siendo caros para los hogares de bajos ingresos y no están ampliamente disponibles en el mercado mexicano.

En consecuencia, una estrategia para reducir el consumo de energía nacional y regional de los edificios en México debe incluir tecnologías, sistemas y componentes eficientes, asequibles y de alto impacto; un mercado que ponga al alcance tecnologías, sistemas y componentes costo competitivos; y el cumplimiento de las normas y códigos que puedan hacer posible todo esto. La reducción será, ante todo, en beneficio para el pueblo de México (menor dinero gastado en facturas de electricidad), pero también para el gobierno nacional (menos dinero gastado en subsidios) y para el medio ambiente mundial (menos emisiones de carbono emitidas).

de Lillian Sol Cueva, Consultora

Versión original en The German Energiewende