Nuevas biotecnologías, viejos agrotóxicos: un modelo insostenible que avanza y requiere de alternativas urgentes
Cuando la Fundación Heinrich Böll lanzó la edición portuguesa de este estudio, a finales de 2019, nadie podía imaginar que el mundo cambiaría tanto en tan poco tiempo. Entre los efectos causados por la pandemia de COVID-19 están el agravamiento del hambre y una crisis económica que probablemente nos acompañe durante mucho tiempo. Pero no todos perdieron en este trágico periodo. La agroindustria brasileña, por ejemplo, celebra ganancias récord. La coexistencia de los supercultivos y el hambre en un mismo país es otra demostración contundente, para quienes aún no se han convencido, de que la lucha contra el hambre y la promoción de una alimentación digna y un medio ambiente equilibrado para todos no vendrá de la mano de grandes monocultivos controlados por corporaciones globales que dictan sus propias normas tecnológicas y de ocupación del espacio.
El éxito del modelo agrícola hegemónico se mide no por lo que promete -alimentar a una población creciente con menos presión sobre los recursos naturales-, sino por las ganancias económicas de los agentes implicados y su capacidad de generar permanentemente innovaciones tecnológicas que se llevan a cabo dentro del propio modelo.
La promesa del momento lleva el nombre de edición genética. Se trata de un conjunto de técnicas de ingeniería genética con amplias posibilidades de aplicación y un alcance mayor que los transgénicos, ya conocidos hoy en día. Con ellas se abre un nuevo campo de promesas y muchos gobiernos, organismos de financiación e investigadores están dispuestos a apoyarlas (y beneficiarse de ellas). Estas nuevas técnicas de modificación del ADN/ARN también abren nuevas posibilidades de riesgos, efectos no deseados y apropiación de la naturaleza. Pero, como en el caso de las semillas transgénicas, los estudios de seguridad de estos productos se dejan sistemáticamente de lado en nombre de la innovación, el progreso y la urgencia del mercado.
La diferencia es que, esta vez, las empresas que controlan el proceso y sus partidarios no quieren que se repita el escenario de la introducción de los transgénicos y tener que someter sus productos a las normas nacionales, a los esquemas de regulación, al etiquetado y a la participación pública, por muy precarios y deficientes que hayan sido en todo el mundo. La solución que encontraron fue sencilla: afirmar que sus nuevos productos transgénicos no lo son. Así, quedan fuera del alcance de las leyes de bioseguridad y el camino de su regulación se convierte en el de la desregulación. Sonaría atrevido si no fuera una estrategia ya aceptada y respaldada por los responsables de la toma de decisiones en países como Brasil.
En el prefacio del libro, la doctora en microbiología Elizabeth Bravo señala que "el desarrollo de estas nuevas tecnologías se produce tras el fracaso de la primera generación de OGM, que se centró en los cultivos resistentes a insectos y herbicidas, lo que dio lugar a "superplagas" y "supermalezas" mucho más difíciles de controlar. Los productos de estas nuevas tecnologías moleculares se utilizarán en millones de hectáreas ya plantadas con semillas transgénicas, cuya adopción ha multiplicado el uso de agrotóxicos.
Annette von Schönfeld, directora de la Fundación Heinrich Böll en Brasil, destaca que "estamos en un momento decisivo para seguir las decisiones políticas sobre algo tan fundamental para nuestra vida como es la alimentación. La industria agroalimentaria está aprovechando el momento de inestabilidad política y de desregulación de la legislación socioambiental para establecer hechos. Este proceso no se da exclusivamente en Brasil, pero rara vez se ha visto en otras partes del mundo a la velocidad que se ha producido en este país. Por estas razones, la Fundación Heinrich Böll ha decidido publicar este análisis a modo de advertencia".
Product details
Table of contents
- Introducción
- Algunas cuestiones que están en juego
- El viejo modelo
- Viejos y “nuevos” agrotóxicos
¿Habrá parado el PARA? - ¿Por qué nuevas tecnologías que se enmarcan en el mismo modelo no brindarán respuestas a los desafíos de la seguridad alimentaria y la protección ambiental?
- Nuevas biotecnologías: editar genes y manipular la Naturaleza
Porque las TIMPs son OGMs
Desde el punto de vista técnico
Desde el punto de vista legal
Qué dicen los especialistas - Sí hay motivo para preocuparse, pero también hay mucho que hacer
- De la ciencia descontextualizada a la pluralidad científica
- Consideraciones finales